quinta-feira, 30 de janeiro de 2014

SELLOS COMUNES Y PROVISORIOS EMITIDOS DE 1856 A 1876 - 1a Parte



Los Sellos Postales del Uruguay

Comunes, Provisorios, Oficiales, conmemorativos, de Tasa y Papel Moneda – Emitidos desde 1856 hasta 1914 – Montevideo – Talleres Gráficos del Estado – 1915 – Isidoro E. De-Maria – Ex-Inspector Departamental de Correos.



Montevideo, Setiembre 22 de 1915.

            Excmo. Señor Ministro de Industrias, doctor don Juan José Amézaga.

            Isidoro E. De-María, jubilado de la Nación, ante V. E. me presento y expongo:

            Que soy autor de una obra titulada Los Sellos Postales del Uruguay, la que considero de interés público por ser la primera de su índole dada a luz en el país. Será editada en los Talleres Gráficos del Estado, y constará de los capítulos expresados en el índice adjunto, formando un pequeño volumen de 50 a 60 páginas.

            Considero, Excmo. Señor, que esta obra es de relativa importancia, especialmente para las oficinas postales de la República y las del extranjero, por su documentación inédita y por hallarse relacionada con El Correo del Uruguay, apuntes para su historia, obra escrita también por el peticionante, compuesta de tres tomos y a la que se dignó suscribirse el Superior Gobierno, adquiriendo trescientos ejemplares de cada tomo.

            Convencido, pues, de que este nuevo libro llenará una necesidad en las oficinas postales, me permito proponer al Gobierno, por intermedio de V. E., la adquisición de trescientos ejemplares, al precio de cincuenta centésimos cada uno.

            Por lo expuesto: a V. E. suplico, que previo los tramites que considere oportunos, se sirva proveer de acuerdo con esta solicitud.

I. E. DE-MARIA

----------------------------------------

            “Ministerio de Industrias – Montevideo, Octubre 9 de 1915. – Vista la solicitud del señor Isidoro E, De-María, pidiendo que el Gobierno se suscriba a un determinado número de ejemplares de la obra de que es autor, titulada “Los sellos postales del Uruguay”, al precio de cincuenta centésimos ($ 0,50) cada ejemplar; Considero conveniente su adquisición.

SE RESUELVE:

            “Suscribirse a la cantidad de ciento cincuenta ejemplares de la expresada obra al precio de $ 0,50 cada uno o sean setenta y cinco pesos ($ 75), siempre que ella se imprima en los Talleres Gráficos del Estado. La erogación se imputará a Eventuales de este Ministerio. – Rúbrica del señor Presidente – JUAN JOSE AMEZAGA.


CAPITULO I

SELLOS COMUNES Y PROVISORIOS EMITIDOS DE 1856 A 1876

            Los primeros sellos postales puestos en uso en la República Oriental del Uruguay, fueron los denominados Timbres de Diligencia, los que circularon entre la Capital y los Departamentos del Interior, el 1º de Octubre de 1856.

            Esos timbres fueron creados por el entonces Asentista de Postas y a la vez Administrador General de Correos (sin sueldo) don Atanasio Lapido, con el único fin de emplearse en el franqueo de la correspondencia epistolar conducida por carruajes particulares.

            Dichos timbres o sellos Diligencia, puestos en circulación, - sin ninguna disposición oficial previa que los colocara en la categoría de emisión de sellos postales autorizada por el Gobierno, - eran de estas tres clases:

            60 centavos, azul.
            80 centavos, verde
            1 real, bermellón.

*

*

*


            Conviene advertir aquí, que los centavos o centésimos de entonces, eran equivalentes a reis, moneda portuguesa, de manera que el porte de una carta simple, era de tres vintenes o sesenta milésimos de nuestra moneda actual.

            El grabado de los tres sellos mencionados lo constituía: la palabra Diligencia, arriba; un filete griego, a los costados; el Sol con 105 rayos dentro de una circunferencia al centro; y el valor, debajo.

            Cada plancha contenía 35 sellos: 7 horizontales y 5 verticales. La impresión se hizo en la litografía de Mége, establecida en Montevideo, siendo el tiraje muy reducido.

            Lo único que se publicó en la prensa de la Capital, respecto a dichos timbres, fue el aviso siguiente:

“Administración de Correos y Postas – Con el objeto de evitar pérdida de tiempo y otras dificultades a las personas que hayan de dirigir correspondencia al Interior por las Diligencias, está dispuesto lo conveniente para que pueda verificarse el franqueo en las respectivas agencias, lo mismo que en esta Administración – Montevideo, Octubre 14 de 1856.”

            Las primeras cantidades de esos timbres, fueron entregadas para el expendio, a las Agencias de Diligencias de los señores Sienra y Paseyro establecidas en Montevideo; y a los agentes del mismo servicio radicados en los Departamentos de San José, Soriano, Florida, Durazno, Tacuarembó, Minas y Maldonado.

            Bien podía haberse empleado entonces el método racional de inutilización para esos timbres, desde luego que las Administraciones del Interior y las Agencias de la Capital, poseían sellos húmedos apropiados, que los usaban desde el año 1853.

            Quizá no se les dio esa aplicación por no haberlo indicado expresamente las autoridades respectivas, o quizá también, por tratarse de un timbre particular del señor Lapido, que puso en circulación con el propósito de defender intereses públicos y privados, en su doble carácter de Administrador General de Correos y Asentista de Postas.

            Por esta falta de aplicación, vemos hoy que la mayor parte de los timbres Diligencia, usados en el franqueo, no están inutilizados; y las muy pocas oficinas que procedían a efectuar ese requisito de inutilización, lo hacían con dos rayas de tinta, formando la Cruz de San Andrés. Se afirma, pues, la certidumbre de que los timbres llamados Diligencia eran de carácter particular, por la razón que fluye de este procedimiento de inutilización; desde que el Gobierno no había reconocido como oficial la emisión de esos timbres, el señor Lapido no podía estar autorizado para usar los sellos oficiales del Correo en esa obliteración.

            Es posible que el señor Lapido fuera verbalmente autorizado por el Gobierno para emitir esos timbres a título de ensayo, como lo manifiesta ese mismo señor en su comunicación del 14 de Mayo de 1857, dirigida al Ministro del ramo, y lo hace constar el Administrador General señor Echeverriarza en su Memoria del año 1858.


* - Imagen retirada del Catálogo Sellos Postales del Uruguay 1856 – 2009 de Orlando Schäfer (http://filatelia.de/)
 

segunda-feira, 27 de janeiro de 2014

SELLOS PAPEL MONEDA EMITIDOS EN 1868

Los Sellos Postales del Uruguay

Comunes, Provisorios, Oficiales, conmemorativos, de Tasa y Papel Moneda – Emitidos desde 1856 hasta 1914 – Montevideo – Talleres Gráficos del Estado – 1915 – Isidoro E. De-Maria – Ex-Inspector Departamental de Correos.




CAPITULO  IX

SELLOS  PAPEL  MONEDA  EMITIDOS  EN  1868

          


            Un día después de circular los primeros sellos postales del valor de 5, 10, 15 y 20 centésimos, impresos en Londres, el Gobierno, á indicación del Administrador General de Correos, dictó el siguiente decreto:

            “Ministerio de Hacienda – Montevideo, Enero 11 de 1866.

            El Gobierno Delegado ha acordado y decreta:

            Artículo 1º - Los sellos postales emitidos con arreglo al Decreto de 6 de Setiembre último, se recibirán en pago de derechos o valores – como dinero efectivo – en todas las oficinas de recaudación del Estado.

            Artículo 2º - La Tesorería General pasará los sellos que reciba a la Administración General de Correos, con la intervención de la Contaduría General.

            Artículo 3º - Comuníquese a quienes corresponda, publíquese y dese al L. C. – VIDAL – JUAN RAMON GOMEZ.”

            Esta resolución gubernativa fue bien recibida por la prensa y una parte del comercio; pero muy pronto se vio que los sellos postales – como dinero efectivo – no circulaban por ninguna parte.

A principios de Diciembre de 1868, empezó a circular una nueva emisión de sellos de igual tipo, valor y color de los emitidos el 10 de Enero de 1866.

            Esos sellos fueron impresos en la litografía de Mége y Willems, utilizándose las chapas de acero traídas de Londres, cuyos grabados se transportaron a las piedras litográficas donde se hizo la impresión.

            Pocos días después de ponerse esos sellos en circulación, empezaron a conocerse unos billetitos de igual valor (5, 10, 15 y 20 centésimos), impresos en la citada litografía, los que habían sido también emitidos por el Correo, con el propósito de reemplazar a los vales particulares, que entonces se canjeaban entre el comercio, por falta absoluta de cambio menor.

            Esos billetes litografiados, que eran como un papel moneda postal, imitaban perfectamente a los sellos postales en circulación, los que aparecían entre cuatro floroncitos y una guarda ancha, midiendo el papel 90 x 55 milímetros.

            El último valor emitido fue el de 1 centésimo, cuyo billete o vale era de menor tamaño.

            Estaban impresos en los colores siguientes:

            De 1 centésimo, negro sobre papel gris.
            De 5 centésimo, azul sobre papel blanco.
            De 10 centésimo, azul sobre papel azul.
            De 15 centésimo, amarillo sobre papel amarillo.
            De 20 centésimo, rojo sobre papel verde.










Imágenes retiradas de:


            Todos estos billetes llevaban al dorso el sello anual del papel sellado, puesto por la Contaduría General del Estado.

            Al principio de su circulación, el público aceptó esos billetitos sin mayor obstáculo; pero algún tiempo después empezó a manifestarse desconfianza en las casas de comercio, suscitando medrosas resistencias para recibirlos; y más tarde, eran rechazados por el comercio minorista y hasta por los mismos cobradores de impuestos.

            Ante ese descontento, el Gobierno, por intermedio del Ministerio respectivo, dispuso lo siguiente:

            “Ministerio de Hacienda – Montevideo, Julio 5 de 1869. El Gobierno ha dispuesto por esa oficina se retiren de la circulación los sellos postales emitidos como moneda legal por el decreto de 11 de Enero de 1866.

            Al efecto V. S. señalará una hora hábil en cada día de la semana para que el público se presente a cambiarlos.

            Todos los sábados remitirá V. S. los sellos que se recojan, a la Contaduría General para que sean inmediatamente extinguidos por el fuego.

            Dichos timbres o valores continuarán recibiéndose en todas las oficinas públicas en pago de derechos o valores, sea cual fuere la cantidad en que se presenten, puesto que hasta la fecha dichas oficinas no han recibido orden en contrario.

            Retirada la cantidad que existe en circulación, y que asciende a treinta y seis mil cuatrocientos sesenta y cuatro pesos con cincuenta centésimos (36.464 $ 50), según la intervención de la Contaduría, cesará en todos sus efectos el expresado decreto de 11 de Enero de 1866.

            Dios guarde a V.S. muchos años.

                                               A. Magariños Cervantes
                                   Señor Administrador General de Correos

------------------------------------------

            El Correo dio estricto cumplimiento a lo dispuesto por la Superioridad, llegando a rescatar, - desde el 8 de Julio de 1869 hasta el 15 de enero de 1870 – la suma de 26.074 pesos con 50 centésimos. De manera que quedó sin convertirse una buena cantidad de billetes, cuyo importe ascendía a 10.390 pesos.

------------------------------------------

            Transcurridos dos o tres años, esos billetes o vales – casi inaceptables como dinero efectivo – eran buscados por los coleccionistas y negociantes, siendo entonces tan escasa la existencia de ellos, que en la misma Administración General de Correos no existía un solo billetito siquiera para recuerdo.

            Hoy, después de cuarenta y siete años de haber circulado en la República, se han vendido en el extranjero, a precios increíbles, algunos ejemplares de esa curiosidad postal sudamericana, emitida por el Correo del Uruguay.